Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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100330
Legislatura: 1893
Sesión: 16 de Junio de 1894
Cámara: Senado
Discurso / Réplica: Réplica
Número y páginas del Diario de Sesiones: 149, 2882-2883
Tema: Médicos fallecidos Duránte las epidemias

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE (Sanz): La tiene V. S.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): No habría nada para mí tan grato como satisfacer las justas aspiraciones del Sr. Calvo y Martín; pero por el medio que S. S. propone no conseguiríamos nada, porque ¿qué haríamos con establecer en los presupuestos una partida de 20.000 pesetas para pago de esas pensiones, mientras éstas no se acuerden por las Cortes? Toda pensión acordada por las Cortes se satisface por clases pasivas y si no se satisface alguna, es porque no está declarada; y no estándolo, ¿de qué serviría el crédito para pagarla? De modo que no vamos a conseguir nada por el procedimiento que S. S. indica.

Esta es, en efecto, la tercera vez que S. S. hace igual moción, y yo  me alegraré que la repita cien veces, y que de vez a vez pasen, cuando menos, cuatro o cinco meses. Yo hice presente al Sr. Ministro de la Gobernación los deseos de S. S., y se han removido algunos expedientes, pero el Sr. Ministro de la Gobernación los deseos de S. S. y se han removido algunos expedientes, pero el Sr. Ministro de la Gobernación me ha dicho que habiendo en el Congreso detenidos una porción de expedientes, no le parecía conveniente enviar más hasta tanto que no se resolvieran aquéllos.

De manera, que lo mejor es remover los obstáculos que existan en el Congreso para sacar adelante esas pensiones, y luego se enviarán más, porque no [2882] se trata de veinte o treinta, como dice S. S., sino de mayor número.

Por lo demás, insistiré con el Sr. Ministro de la Gobernación, si le parece bien al Sr. Calvo y Martín, para que acabe de remover los expedientes que haya en el Ministerio y los remita al Congreso. Veremos lo que hace el Congreso y lo que después hace el Senado; yo tendré mucho gusto en que complazcan los deseos de S. S., pero, créame S. S., hay cierto reparo en aumentar los gastos en estos momentos, cuando precisamente se tiende a la disminución, a fin de buscar el equilibrio entre los ingresos y los gastos.

Fuera de eso, no creo que haya nadie que niegue a S. S. la justicia con que hace semejante pretensión, que es verdaderamente simpática, y que, dado el carácter de S. S., su situación, sus títulos y merecimientos en la carrera, cumple con un deber que para S. S. será grato y para todo el mundo será respetable y más respetable que para nadie para mí.



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